Ignacio García Rodríguez de Guzmán nos abre las puertas de la computación cuántica
- Joaquín González del Pino
- 1 abr
- 3 Min. de lectura
Cuando hablamos de computación cuántica, solemos pensar en ciencia ficción, en laboratorios imposibles o en series como The Big Bang Theory. Pero el pasado viernes comprobamos que este futuro, aunque parezca lejano, ya se está escribiendo... y se está escribiendo desde aquí, desde Castilla-La Mancha.
En esta nueva edición de Viernes con la Ciencia, nos acompañó Ignacio García Rodríguez de Guzmán, doctor en Informática, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha y director del Instituto de Tecnologías y Sistemas de Información (ITSI). Más allá de sus credenciales, Ignacio es un excelente comunicador, capaz de hacer accesible lo inaccesible. Y eso fue lo que hizo: nos invitó a mirar de frente uno de los conceptos más complejos —y más prometedores— de la ciencia actual
“Cuanto más estudio esto, más creo que menos me entero. Ya lo decía Richard Feynman: si crees que estás entendiendo la mecánica cuántica, entonces no la estás entendiendo.”
Así arrancaba su intervención, con una declaración honesta que nos preparaba para un viaje donde lo importante no era entenderlo todo, sino abrir la mente.
¿Qué es un ordenador cuántico?
Ignacio nos condujo por un recorrido que comenzaba en la informática clásica y llegaba hasta los límites de la computación actual. Nos recordó que aunque nuestros dispositivos hoy son increíblemente potentes —más incluso que los primeros superordenadores del siglo XX—, siguen teniendo límites cuando se trata de procesar problemas extremadamente complejos.

“Con los ordenadores más potentes del mundo apenas podemos entender una molécula de cafeína. Si queremos estudiar otras más complejas, necesitaríamos el tiempo equivalente al de la edad del universo.”
Ahí entra en juego la computación cuántica, un nuevo paradigma basado en principios como la superposición, el entrelazamiento y la incertidumbre. Y con ella, un concepto clave: el software cuántico.
No todo es ‘cacharro’. La magia cuántica también se programa. Y ahí es donde está el reto.”
La dificultad ya no está solo en construir las máquinas, sino en saber qué hacer con ellas. En cómo programarlas. En cómo imaginar futuros algoritmos que nos ayuden a resolver lo que hoy parece irresoluble.
Más allá de la teoría: ¿para qué sirve la cuántica?
A lo largo de la sesión, Ignacio fue hilando teoría con ejemplos aplicados. Lejos de ser una tecnología lejana o abstracta, la computación cuántica ya está dando sus primeros pasos en campos tan diversos como:
Ciberseguridad, donde podría tanto romper como reforzar sistemas criptográficos.
Farmacogenómica, permitiendo diseñar medicamentos personalizados según el ADN de cada paciente.
Logística y transporte, optimizando rutas, tiempos y consumos.
Investigación de materiales y baterías, simulando moléculas para diseñar soluciones más eficientes.
Todo ello desde una perspectiva realista: “La computación cuántica no va a sustituir lo que ya tenemos, sino a complementarlo. Dentro de poco, todos la usaremos sin saberlo, igual que ahora usamos la nube.”
Castilla-La Mancha y el software del futuro
Ignacio también quiso destacar el papel de nuestra región en este campo emergente. Desde la Universidad de Castilla-La Mancha se están formando investigadores y desarrollando herramientas con impacto internacional. Es el caso del Manifiesto de Talavera para la Ingeniería del Software Cuántico, una iniciativa que apuesta por sentar las bases de un desarrollo ordenado, ético y sostenible del software del futuro.
“La computación cuántica ya está aquí. Y aunque aún no entendamos del todo su impacto, sí sabemos que va a cambiar la forma en la que pensamos, programamos y resolvemos los grandes retos del presente.”
Gracias, Ignacio, por tu cercanía y tu capacidad para hacer comprensible un tema tan complejo. Y gracias a quienes, viernes tras viernes, hacéis de este ciclo un lugar donde aprender, pensar, y mirar al futuro desde La Mancha... con ciencia, con innovación y con propósito. Nos vemos en el próximo Viernes con la Ciencia.