El pasado sábado, 15 de Agosto, volvimos de nuevo, al pantano de la Cabezuela, con pocos asistentes ( debido a las circunstancias sanitarias derivadas de la pandemia) en un ambiente familiar -adultos y niños-
Aún con la claridad de la reciente puesta de Sol, pudimos observar la luminosa silueta de Júpiter, acompañado de sus cuatro lunas galileanas, Saturno, con sus anillos, y su luna mayor Titán.
Posteriormente, a medida que el cielo se oscurecía, empezamos a distinguir claramente las formas características de cada constelación.
Estrellas dobles como Mizar-Alcor –Osa Mayor-, Albireo –el Cisne-, Epsilon Lyrae –la Lira- y objetos mas débiles, en una noche, cuya visibilidad y meteorología, iban en nuestro favor, como algunas nebulosas planetarias M57, nebulosa del anillo – la Lira-, M27, nebulosa Dumbell –Vulpécula-, cúmulos abiertos y globulares, como M13 y M92 –mas pequeño-.
Mención especial, merece la observación de la constelación de Sagitario y Escorpio, en la mejor fecha para el estudio de ambas constelaciones. Multitud de nebulosas, y racimos estelares, que nos llevaría mucho espacio describir figuran en estas constelaciones, especialmente Sagitario, situada, delante del núcleo galáctico de nuestra vía Láctea.
Pasadas las 00:00 horas, y alcanzado el máximo nivel de oscuridad que puede ofrecernos la zona en la que estamos, estimamos que las condiciones eran ideales para la observación extragaláctica.
La Galaxia de Andrómeda- M31- situada aprox. A 2,5 millones de años-luz, con sus dos galaxias satélites, -visibles todas ellas sobre ocular de 30 mm de focal y dos pulgadas de diámetro-, junto con M33, Galaxia del Triángulo, situada aprox a 3 millones de años luz –tenuemente visible sobre el mismo ocular-
Ambas galaxias, junto con la Vía Láctea, y otras menores, conforman el denominado Grupo Galáctico Local.
José Tomás Garrido. Quixote Innovation presidente club de Astronomía
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